viernes, 24 de junio de 2011

Elisa Mercoeur: Ensoñación

Élisa Mercoeur murió en París el 7 de enero de 1835, a los veintiséis años. Algunos poemas de una rara perfección publicados en algunas revistas bastaron para granjearle la admiración de escritores tan consagrados como Chateaubriand o Lamartine.
Hoy, a principios del siglo XXI, su tumba es una de las más secretas, abandonadas y románticas del Père-Lachaise.


RÊVERIE

Qu'importe qu'en un jour on dépense une vie,
Si l'on doit en aimant épuiser tout son coeur,
Et doucement penché sur la coupe remplie,
Si l'on doit y goûter le nectar du bonheur.

Est-il besoin toujours qu'on achève l'année?
Le soufle d'aujourd'hui flétrit la fleur d'hier;
Je ne veux pas de rose inodore et fanée,
C'est assez d'un printemps, je ne veux pas d'hiver.

Une heure vaut un siècle alors qu'elle est passée;
Mais l'ombre n'est jamais une soeur du matin.
Je veux me reposer avant d'être lassée;
Je ne veux qu'essayer quelques pas du chemin.




ENSOÑACIÓN

¿Qué importa que un día gastemos una vida
Si habremos de gastar amando el corazón,
Dulcemente inclinados sobre la copa llena
Para sentir el gusto del néctar de la dicha?

¿Es necesario, acaso, terminar siempre el año?
El soplo de este día la flor de ayer marchita.
Yo no quiero una rosa sin olor ni frescura,
El invierno no quiero, la primavera basta.

Cuando pasó la hora tiene el valor de un siglo,
Pero jamás la sombra fue la hermana del día.
Yo quiero descansar antes de estar cansada
Y del camino sólo quiero hacer unos pasos.

Traducción de Miguel Ángel Frontán.