martes, 7 de julio de 2009

Cristina Campo: dos poemas


Una vida breve, discreta, alejada de las modas intelectuales de su tiempo, indiferente a toda vanidad literaria, tal fue la vida de Cristina Campo. Contados libros pero de una rara intensidad: ensayos, poemas y traducciones admirables.
"Scrisse poco, e vorrebbe aver scritto meno", decía de sí misma.


***


La neve era sospesa tra la notte e le strade
come il destino tra la mano e il fiore.


In un suono soave
di campane diletto sei venuto…
Come una verga è fiorita la vecchiezza di queste scale.
O tenera tempesta
notturna, volto umano!


(Ora tutta la vita è nel mio sguardo,
stella su te, sul mondo che il tuo passo richiude).


***


Flotaba la nieve entre la noche y las calles
como el destino entre la mano y la flor.


En un dilecto y dulce son
de campanas llegaste...
Como una vara ha florecido la vejez de estas escalas.
¡Oh tierna tempestad
nocturna, rostro humano!


(Toda la vida está ahora en mi mirada,
estrella sobre ti, sobre el mundo que vuelve a cerrar tu paso.)


***


Amore, oggi il tuo nome
al mio labbro è sfuggito
come al piede l’ultimo gradino…
Ora è sparsa l’acqua della vita
e tutta la lunga scala
è da ricominciare.


T’ho barattato, amore, con parole.


Buio miele che odori
dentro i diafani vasi
sotto mille e seicento anni di lava –


ti riconoscerò dall’immortale
silenzio.


***


Amor, hoy tu nombre
escapó de mis labios
como del pie el último peldaño...
Derramada está ahora el agua de la vida
y la larga escalera habrá
que subir otra vez.


Te he permutado, amor, por palabras.


Oscura miel aún fragante
en los diáfanos vasos
bajo mil seiscientos años de lava—


Te reconoceré por el inmortal
silencio.




Traducción de Carlos Cámara y Miguel Ángel Frontán





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